sábado, 31 de marzo de 2007

LA PIERNA

Cuando la noche tenía un silencio de sueño, ella me esperaba detrás de la puerta entreabierta. Llegué. El espacio entre nosotros era muy pequeño y el tiempo de que disponía para mirarla, también.

En un segundo y tres cuartos no pude ver mucho; una bata clara que fingía cubrirla y una pierna desnuda que bloqueaba la entrada. Miré aquella extremidad fijamente y me olvidé del resto. Ella se deleitó mirándome absorto.

Regresé muy apenado. Pensaba en lo triste que quedó la otra pierna que se perdió de mi contemplación.
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1 comentario:

César Sánchez Beras dijo...

Querido Ramón me encanta tu página y sobre todo tus escritos. Un abrazo del tamaño de la amistad que te profeso.
CSB
PD: Quién te hizo la foto????